La niña de 8 años que convierte piedras en dinero

La creación de valor y el espíritu empresarial están inextricablemente vinculados.

La mayoría de los niños conocen la historia del agresivo negociante Rumpelstiltskin quien hubiese podido reclamar el primogénito de la reina si no hubiese sido por su boca floja durante una prematura celebración de la victoria. Para la mayoría, el cuento parece imposiblemente fantástico, y puramente un cuento de precaución acerca de hacer malas promesas y el concepto financiero de estar sobre-endeudado.

El aspecto poco explorado de este cuento de hadas, sin embargo, se relaciona con la aparente habilidad mágica que Rumpelstiltskin tuvo para convertir simple paja en oro valioso. Resulta que esta parte de la historia es la más creíble para los economistas que consideran casi todas las actividades de una economía a través de la lente de la "creación de valor".

Mi ahijada Braley, de ocho años, descubrió la esencia de la creación de valor el fin de semana pasado durante una visita rutinaria con un vecino.

Superficialmente Braley podría parecerse a cualquier niña. Le encantan los unicornios y la lectura, jugar con su perro Hannah, y mantener a su hermano menor a raya. Pero Braley es excepcional en el sentido de que ha descubierto los beneficios del espíritu empresarial y la creación de valor incluso antes de terminar la escuela primaria.

La creación de valor y el espíritu empresarial están inextricablemente unidos. Viniendo de la palabra francesa "entrepreneur" (significa literalmente “alguien que se esfuerza”), el concepto de "empresario" se entiende ampliamente, y la mayoría de nosotros puede nombrar a un empresario que respete.

La creación de valor, por otra parte, no es un término muy común. Es conocido principalmente en los ámbitos de la economía y los negocios. La creación de valor es emprender actividades que crean productos (bienes o servicios) que son más valiosos que sus insumos, incluyendo las materias primas, los costos de la mano de obra, la publicidad y otros gastos realizados para llevar los bienes a los clientes.

En sentido figurado, la creación de valor es la conversión de paja en oro.

Volvamos a Braley.

El domingo, ella y su amiga comenzaron a cavar en el patio en busca de "tesoros enterrados", y encontraron una colección de rocas, peniques y bellotas. Entre estas dos niñas, se incubó la idea de que podían vender estos artículos a los vecinos caminando de puerta en puerta. Cuando terminaron, habían reunido 58 dólares, que dividieron en partes iguales y usaron para inmediatamente comprar golosinas de un camión de helados cercano.

Según la madre de Braley, "Llegó a casa con una mancha de chocolate en la cara, sosteniendo una pequeña caja de cartón que contenía 27 dólares en efectivo y un surtido de piedras, piedras pulidas y centavos negros maltratados".

Estos artículos no hacían nada en el suelo. Se necesitó la actividad de estas dos chicas para extraerlos de la tierra, limpiarlos, tener la idea de que la gente podría querer comprarlos, y en realidad ir de puerta en puerta para hacer la venta.

Eso es puro espíritu empresarial al servicio de la creación de valor.

¿Comprarías piedras y centavos de dos chicas del vecindario? Tal vez no, pero algunos de sus vecinos lo hicieron, y fueron recompensados con dinero, regalos y una gran historia.

Este tipo de actividad es lo que los empresarios y negocios realizan diariamente para traernos todo lo que queremos y necesitamos. Las actividades económicas productivas hacen que, individualmente, no tengamos que cazar o recolectar nuestros alimentos, construir o reparar nuestros refugios, o hacer nuestra propia ropa... a menos que realmente queramos hacerlo.

Cada vez que se contrata a alguien para realizar un servicio o entregar un bien (o se le contrata a usted mismo), se está llevando a cabo un proceso de creación de valor por el cual ambas partes de la transacción se benefician. El consumidor resuelve su problema, y el productor se beneficia al resolverlo. La creación de valor es la definición misma de un escenario "ganancia-ganancia".

La próxima vez que compre algo, no importa cuán mundano sea, considere cómo comenzó todo el proceso cuando alguien tuvo la idea de que podía hacer algo que podría ser más valioso para otra persona que el dinero que tenía en su bolsillo.

Y la próxima vez que veas a Braley y a su amiga, puede que te pidan que compres un dibujo ya que ahora han diversificado su oferta de negocios a las obras de arte.