Lanzamos un nuevo concurso de videoensayos. He aquí por qué.
Cada vez que mantienes una conversación, compras un café o decides qué ropa ponerte, estás participando en el mundo de los pedidos emergentes. Y no es una exageración. El lenguaje evoluciona durante siglos a través de innumerables conversaciones. En los mercados, los precios y las innovaciones surgen de las acciones de millones de compradores y vendedores. Las tendencias de la moda se forman a partir de continuas elecciones individuales. Todos estos sistemas son ejemplos de órdenes emergentes: patrones autoorganizados que surgen de las acciones independientes de personas que persiguen sus propios objetivos.
Los órdenes emergentes están en todas partes, configurando nuestro mundo de formas no planificadas, complejas y esenciales para la vida cotidiana. Pero resultan casi invisibles para la mayoría de la gente porque son difíciles de explicar y comunicar. Nos gustan las historias sencillas, pero los órdenes emergentes implican a numerosos actores y procesos que evolucionan gradualmente. Buscamos intencionalidad y dirección, pero los sistemas emergentes desafían las narrativas lineales. Su belleza reside en una armonía que se desarrolla sin un plan maestro.
Este reto de comunicar la complejidad de los órdenes emergentes es exactamente la razón por la que en la FEE hemos decidido lanzar un nuevo concurso de videoensayos:Economic Marvels (Maravillas Económicas). Esperamos inspirar a los creadores para que exploren y revelen las redes ocultas tras los objetos cotidianos, convirtiendo lo aparentemente mundano en una ventana a los sistemas autoorganizados que dan forma a nuestro mundo.
Intentos anteriores de transmitir esta complejidad a través de la simplicidad han puesto de relieve lo que ocurre cuando intentamos reproducir órdenes emergentes mediante el diseño… y fracasamos. El Proyecto Tostadora y el Bocadillo de 1.500 dólares son ejemplos de intentos de producir objetos cotidianos sin las modernas economías de escala, y de por qué fracasan.
El Proyecto Tostadora, emprendido por el diseñador británico Thomas Thwaites, se propuso construir una tostadora desde cero. Thwaites pretendía extraer y procesar él mismo todas las materias primas. Era un objetivo sencillo pero ambicioso que se convirtió en una empresa de nueve meses.
Por el camino, Thwaites se enfrentó a innumerables retos: fundir mineral de hierro en un microondas, luchar para producir plástico y viajar a minas y plataformas petrolíferas remotas. A pesar de su determinación, el resultado no fue bueno: una tostadora que sólo funcionó unos segundos antes de romperse.
El Proyecto Tostadora le costó a Thwaites unos 1.500 dólares, pero esa cifra corresponde sólo a los gastos en que incurrió. Si se tiene en cuenta el tiempo que dedicó (nueve meses de esfuerzo), el coste real en términos de mano de obra y oportunidad sería mucho mayor. Thwaites podría haber comprado una tostadora nueva por unos 5 dólares.
El proyecto Sandwich, de 1.500 dólares, siguió un espíritu similar. En su serie de YouTube How to Make Everything (Cómo hacer de todo), Andy George se propuso crear un sándwich partiendo de cero: cultivando trigo, haciendo sal con agua de mar, ordeñando una vaca y mucho más. El empeño de George duró seis meses y le llevó más de 6.000 kilómetros. Cultivó verduras, encurtió pepinos e incluso sacrificó un pollo para obtener carne. El resultado fue un bocadillo que costó 1.500 dólares en materiales y mano de obra, además de incontables horas de trabajo.
Ambos proyectos nos recuerdan cómo los pedidos emergentes nos proporcionan productos asequibles y de alta calidad, y hacen visibles las redes, a menudo invisibles, que sustentan nuestra vida moderna.
Otra forma de contar la historia de los órdenes emergentes es celebrar el éxito a través de la lente de la complejidad. I, Pencil, de Leonard Read, lo capta a la perfección. Un lápiz puede parecer el más simple de los objetos, pero es el producto de una intrincada danza de innumerables personas, habilidades y procesos en todo el mundo. Desde los leñadores que cosechan el cedro hasta los mineros que extraen el grafito, pasando por los que mezclan la laca y ensamblan la goma, ninguna persona sabe cómo se fabrica un lápiz de principio a fin, y sin embargo esta humilde herramienta nace de sus esfuerzos combinados.
Más recientemente, Planet Money de NPR decidió seguir la complejidad de otro producto aparentemente sencillo: una camiseta. Siguieron el proceso de fabricación de camisetas en varios países, empezando por los campos de algodón de Estados Unidos, donde se cultiva y cosecha la materia prima. Desde allí, viaja a Indonesia para hilarse y luego a Bangladesh y Colombia, donde se teje y se cose para hacer camisetas.
El equipo de Planet Money documentó todo el proceso mediante vídeos, entrevistas y narraciones interactivas, haciendo más accesible y atractiva para su público la compleja cadena de suministro mundial.
FEE invita ahora a los creadores a unirse a esta tradición compartiendo las historias de objetos familiares. Queremos descubrir nuevas y frescas narrativas de órdenes emergentes a través del concurso Economic Marvels. Hacemos un llamamiento a creadores y narradores para que muestren, a través de videoensayos, cómo objetos familiares ocultan intrincadas redes. Las propuestas pueden incluir animación, metraje, gráficos, IA y cualquier otra herramienta a tu disposición.
Esperamos que los participantes exploren las cadenas de suministro, la innovación y la dinámica del mercado. Pueden empezar con cualquier objeto de marca y trazar la intrincada red que hay detrás de él, ya sea un videojuego, un smartphone, un zapato, un coche o cualquier otro producto que capte su imaginación. Eso sí, asegúrate de elegir un producto de marca específico, como un modelo de coche concreto, en lugar de coches en general.
Al organizar este concurso, esperamos inspirar en la nueva generación una comprensión más profunda del mundo que se forma a nuestro alrededor.
Así que sumérgete, explora y ayúdanos a ver los objetos cotidianos de una forma nueva.