No, los refugiados afganos no aumentarán la delincuencia en Estados Unidos

Las personas razonables pueden discrepar sobre cuántos refugiados debería aceptar Estados Unidos, pero la mentalidad debería ser la de acoger al mayor número posible, no al menor.

El presentador de la cadena de televisión Fox News, Tucker Carlson, emitió recientemente un segmento de 17 minutos de indignación moral hacia las personas que quieren traer un gran número de refugiados afganos a Estados Unidos tras el reciente colapso del gobierno afgano.

El segmento se titula "Estamos viviendo la mayor afluencia de refugiados de la historia", lo que en sí mismo es una afirmación incomprensible dada la realidad de que las admisiones de refugiados están en mínimos históricos. Ese es el primer error de Carlson.

Dado el contenido del segmento, la intención parece ser pintar a los refugiados afganos de la peor manera posible: como criminales violentos que arruinarán la sociedad estadounidense tal y como la conocemos. Tucker señala a Europa como prueba de ello.

"El reasentamiento de afganos en Europa ha sido un fracaso absoluto", dijo Carlson, antes de citar con aprobación a un politólogo que afirma que los refugiados afganos son "conocidos por sus bárbaros ataques" a los europeos.

Aunque eso fuera cierto en Europa, no ha sido así en Estados Unidos. Los datos ajustados al tamaño de la población de los inmigrantes afganos en EE.UU. muestran que tienen casi doce veces menos probabilidades de ser encarcelados que el promedio de los estadounidenses nacidos en el país, lo que implica bajos índices de criminalidad.

A diferencia de la inmigración ilegal en Europa, un refugiado en Estados Unidos debe someterse a un arduo proceso de selección y escrutinio; un proceso que, por lo general, hace hincapié en la selección de refugiados basada en criterios de vulnerabilidad, como la prioridad a las mujeres y los niños.

De hecho, el 64% de todos los refugiados admitidos en Estados Unidos son mujeres o niños menores de 14 años. Y las estimaciones sugieren que solo el 14% de los refugiados reasentados en EE.UU. en 2016 eran varones de entre 18 y 35 años (es decir, el grupo demográfico con mayor propensión a delinquir).

Incluso si nos centráramos en los hombres nacidos en el extranjero y en edad de trabajar específicamente, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina informan de que este grupo demográfico tiene tasas de delincuencia cuatro veces menores que los hombres nativos en edad de trabajar. En pocas palabras: los datos muestran que los inmigrantes legales, refugiados o no, tienen índices de delincuencia comparables o inferiores a los de la población nativa.

Para ilustrar el nulo efecto que los refugiados han tenido sobre la delincuencia y el terrorismo en Estados Unidos, considere lo siguiente:

En enero de 2017, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva la cual torpedeó los esfuerzos de reasentamiento de refugiados. El año anterior a la orden ejecutiva, Estados Unidos había reasentado a 85.000 refugiados. Dos años después de la firma de la orden, Estados Unidos sólo aceptó a 22.533 refugiados, lo que supone una reducción del 73% en el reasentamiento de refugiados.

Si fuera cierto que los refugiados son un motor importante de la delincuencia, un cambio de política tan drástico debería haber producido un efecto claro en los índices de delincuencia. Y sin embargo, un estudio publicado en American Political Science Review concluyó que el cambio de política no produjo "ningún efecto discernible" en los índices de delincuencia violenta.

Otro estudio llegó a conclusiones similares, al no encontrar "ninguna prueba estadísticamente significativa" de una asociación entre el asentamiento de refugiados y los índices de delincuencia o terrorismo en los condados de Estados Unidos. Ese es el error número dos.

Por último, Tucker también pregunta: "¿Por qué es [el reasentamiento de refugiados] nuestra única carga moral?"

Esta pregunta es extraña si se tiene en cuenta que la gran mayoría (el 86%) de los refugiados del mundo son acogidos por países en desarrollo, según los datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados.

De los 2.6 millones de refugiados afganos que ya existían antes del colapso del gobierno afgano, la inmensa mayoría ha buscado refugio en países vecinos como Pakistán e Irán. En los últimos 20 años, Estados Unidos sólo ha reasentado a 20.841 refugiados afganos, el 0.8% del total. El reasentamiento de refugiados no es una carga que recae exclusivamente en Estados Unidos.

Pero dado el estatus de Estados Unidos como superpotencia mundial y nuestra relación nacional con el pueblo afgano, con el que Estados Unidos ha librado una guerra contra el terrorismo durante 20 años, nuestra nación tiene una responsabilidad moral única de aceptar a los refugiados afganos que huyen desesperadamente de los extremistas religiosos ultraviolentos.

En última instancia, las personas razonables pueden estar en desacuerdo sobre cuántos refugiados deben aceptarse, pero la mentalidad debe ser la de acoger al mayor número posible, no al menor.