Nuevo "boletín de notas" nacional muestra que las escuelas públicas norteamericanas están fracasando desastrosamente

Si con más dinero de los contribuyentes se lograra algo, no se tendrían resultados tan abismales.

Los estudiantes suelen ser castigados por sus padres cuando obtienen un mal reporte en las calificaciones. ¿Pero qué ocurre cuando nuestro sistema escolar recibe uno?

El último "reporte de calificaciones" nacional ha salido a la luz, y muestra que nuestras escuelas están fallando a los estadounidenses cuando se trata de la educación científica. Estos datos más recientes provienen de la evaluación de ciencias de la Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP) de 2019. 

Solo el 36% de los alumnos de 4to grado fueron al menos "competentes" en ciencias en 2019. Mientras tanto, solo el 35% de los alumnos de 8vo grado fueron competentes y, lo que es más preocupante, solo el 22% de los alumnos de 12º grado obtuvieron un nivel competente o superior en ciencias. Todos estos números están esencialmente sin cambios o son marginalmente peores que las mismas cifras en 2015, lo que sugiere que no se ha hecho ninguna mejora o progreso en este frente.

Estos resultados son más que una vergüenza para quienes dirigen los sistemas educativos de la nación. Sirven como un recordatorio más de que el sistema de educación pública, en el que están matriculados aproximadamente el 90% de los estudiantes, no está funcionando. De hecho, un examen de los sub-datos del informe muestra que, aunque los resultados en general no son buenos, los resultados de los estudiantes de las escuelas públicas son significativamente más bajos que los de los estudiantes matriculados en escuelas privadas católicas, por ejemplo.

También demuestra que el mero hecho de destinar más dinero de los contribuyentes al sistema educativo público no permite el avance de los resultados. 

A pesar de la sabiduría popular, en realidad no hemos "desfinanciado la educación". Como señala Corey DeAngelis, de Reason Foundation, "Estados Unidos gasta actualmente más de $15.000 dólares por estudiante al año, y el gasto en educación K-12 ajustado a la inflación por estudiante ha aumentado un 280% desde 1960".  

Pero todo es inútil. 

La investigación económica no muestra una correlación clara entre el gasto en educación pública y los resultados. Si arrojar más dinero de los contribuyentes al problema pudiera lograr algo, no tendríamos resultados tan abismales.

La verdad es que ninguna cantidad de recursos puede cambiar los problemas estructurales a los que se enfrenta el sistema escolar público. "Vertir más dinero al mismo quebrado sistema no solucionará el problema más profundo: los monopolios gubernamentales tienen escasos incentivos para atender las necesidades de sus clientes gastando el dinero de forma inteligente", explica DeAngelis.

Cuando las escuelas públicas son la única opción, tienen pocos incentivos para mejorar. En cambio, las políticas para la elección de escuelas que den más opciones a las familias estadounidenses les permiten elegir entre la escuela pública, la escuela charter, la escuela privada o la opción de educación en casa que mejor se adapte a sus necesidades. 

Y el hecho de que las familias tengan opciones fomenta un sistema competitivo que realmente puede dar resultados. Las escuelas que rinden bien atraerán a más estudiantes (y, por tanto, más dinero), mientras que las que no rinden lo suficiente perderán estudiantes y dinero. Con el tiempo, esto conducirá al aumento y la expansión de las escuelas y las opciones educativas eficaces y a la desaparición de las ineficaces y rotas. 

No es casualidad que las investigaciones hayan demostrado sistemáticamente que las iniciativas para la elección de escuelas pueden incrementar los resultados de los exámenes, aumentar la satisfacción de los padres y de los estudiantes y mejorar las tasas de graduación. A menos que queramos que el sistema escolar de nuestro país siga recibiendo malas notas, algo tiene que cambiar.

VER: La lucha por la elección de escuela (durante la COVID-19 y más allá)