Henry Flipper salió de la esclavitud para convertirse en el primer negro egresado de West Point y en un acérrimo anti- New Deal

A pesar de experimentar los amargos frutos del racismo, nunca renunció a Estados Unidos, ni a su Constitución.

Cuando los individuos se elevan por encima de sus circunstancias, captan nuestra atención. Cuando se mantienen firmes en sus principios intemporales a pesar de los retos y las tentaciones, nos inspiran. Cuando dicen la verdad, cumplen con su deber y se adhieren a altos estándares de carácter, son modelos que debemos tratar de emular.

Uno de esos hombres fue Henry O. Flipper (1856-1940). En muchos sentidos, su historia desafía la sabiduría convencional de hoy en día, al igual que lo hizo en las décadas en las cuales vivió.

Si este hombre fue tan digno de elogios como sugiero, bien podrías suponer que fue bendecido con la ventaja de haber nacido rico y privilegiado. Pero, te equivocarías.

De la esclavitud a West Point

Henry Ossian Flipper nació en la esclavitud en Thomasville, Georgia, cinco años antes de que comenzara la Guerra Civil. Los padres de Henry, Festus e Isabelle, eran propiedad de un agente de esclavos llamado Ephraim G. Ponder. Festus fabricaba zapatos y, tras la guerra, abrió un pequeño negocio de calzado en Atlanta. Isabelle "arreglaba" carruajes, es decir, instalaba y reparaba el interior de los mismos.

La familia Flipper, tanto durante la esclavitud como después, nunca fue rica en cosas materiales. Sin embargo, eran ricos en lo que cuenta mucho más: Eran una familia cariñosa que alimentaba la excelencia en todos los esfuerzos.

Sus padres les enseñaron a Henry y a sus cuatro hermanos menores a levantarse y a no dejar que nadie los deprimiera. Este énfasis en el trabajo duro y el carácter desde una edad temprana funcionó en todos los casos. Un hermano se convirtió en un agricultor éxitoso; otro, en presidente de una universidad y obispo de la Iglesia Metodista Episcopal Africana; otro, en profesor universitario; y el cuarto, en médico. Para la familia Flipper, lo que llamamos "el sueño americano" era lo más real y personal posible.

Se podría suponer que Henry tuvo la suerte de no enfrentarse nunca a una prueba importante que cambiara su vida. No es así. Soñaba en convertirse en oficial del ejército estadounidense. Lo consiguió, sólo para enfrentarse a la discriminación racial en el proceso y, en última instancia, a un injusto tribunal militar que acabó prematuramente con una prometedora carrera militar. Demostró que no son tanto los problemas a los que te enfrentas en la vida los que deciden tu destino, sino cómo decides afrontarlos.

¿Qué hizo este hombre de excelente carácter para provocar un consejo de guerra del Ejército? En 1881 fue acusado falsamente de malversación de fondos cuando era intendente en Fort Davis, Texas. Fue absuelto de ese delito, pero se le declaró culpable de "conducta impropia de un oficial" y fue destituido. Casi cien años después, en 1976, la Junta del Ejército para la Corrección de los Registros Militares anuló la segunda acusación, de carácter racial, y en 1999, Flipper recibió un indulto presidencial póstumo.

Es fácil imaginar a Henry volviéndose contra el país que esclavizó a sus padres y lo sometió a una humillación que nunca pudo borrar oficialmente en vida. Si uno supone que se volvió resentido, amargado y anti-norteamericano, se equivocaría de nuevo.

Henry Flipper amaba a Estados Unidos. Era un estudioso de la historia de primer orden. Sabía que Estados Unidos no había inventado la esclavitud. Comprendía que mientras algunos norteamericanos esclavizaron a sus padres, otros norteamericanos ayudaron a liberarlos. Uno de ellos -un congresista republicano blanco de Georgia llamado J. C. Freeman- juzgó a Henry por su carácter y sus habilidades y consiguió su nombramiento en West Point. Henry se convirtió, de hecho, en uno de los defensores más elocuentes de Estados Unidos y en un firme defensor de la Constitución.

Antes de compartir con los lectores algunas cosas que Henry tenía que decir sobre este país y ese documento, considere estos notables logros de este estadounidense:

  • Fue el primer negro que se graduó de la Academia Militar de los Estados Unidos en West Point, obteniendo una comisión como segundo teniente de caballería a la edad de 21 años en junio de 1877.
  • Sus memorias son "la única narración personal autentificada de la vida militar y civil en la frontera escrita por un afroamericano", en palabras del biógrafo Theodore D. Harris.
  • Como primer y único oficial negro comisionado del Ejército de Estados Unidos, sirvió admirablemente como líder de los llamados "Soldados Búfalo" en el suroeste de Estados Unidos.
  • Puso en práctica sus extraordinarios conocimientos de ingeniería mientras estuvo commisionado en Texas y Oklahoma. En Fort Sill hay un monumento histórico nacional ("Flipper's Ditch") que se puede visitar hoy en día. Conmemora su ingeniosa solución a un molesto problema de malaria en los terrenos del fuerte.
  • Durante los diez años que duró la Revolución Mexicana (1910-1920), proporcionó información vital sobre México al Senado de los Estados Unidos y más tarde fue nombrado asistente del Secretario del Interior de los Estados Unidos.

En una ocasión, durante su estancia en México, Henry fue arrojado a una sucia cárcel por razones que descubrió más tarde, cuando un gobernador mexicano amigo ordenó su liberación. Había mencionado en una carta a un amigo que un sacerdote local mantenía una conducta sexual reiterada con su propia hija. La acusación era cierta y se publicó en un periódico, por lo que el sacerdote hizo que Henry fuera arrestado. Henry escribió sobre ello más tarde y añadió,

Había un hombre rico en Ciudad de México que se casó con su hermana. Consiguió una dispensa del Papa y pagó 40.000 dólares por ella. No le muestres esto a ningún periodista. Podría llevarme a la cárcel otra vez.

Vale la pena leer las aventuras de Henry Flipper antes y después de su inmerecido consejo de guerra, tanto con sus propias palabras como en los escritos de otros. Para obtener más información sobre estas, consulte la lista sugerida debajo de este ensayo.

En la última década de su larga vida, Henry Flipper escribió numerosos artículos y cartas. Su biógrafo, Harris, señala que en ellos queda constancia de la creencia de Flipper en una visión "estrictamente construccionista" de la Constitución, especialmente de aquellas disposiciones que enmarcan nuestro sistema federal de derechos de los estados, libertades individuales y separación de poderes. Harris escribe,

En estas cuestiones, era, paradójicamente, un jeffersoniano afroamericano. En cartas de 1936 a 1940, expresó una fuerte desconfianza hacia el Partido Demócrata y una abierta oposición al presidente Franklin D. Roosevelt y a las políticas del New Deal. Muchas de las opiniones de Flipper presagiaban las ideas expresadas hoy en día por destacados conservadores negros como Clarence Thomas, Thomas Sowell y Walter Williams.

Sin duda, Clarence Thomas, Thomas Sowell y el difunto Walter Williams aplaudirían estas palabras de la pluma de Henry Flipper en 1936:

Ningún pueblo civilizado es tan ignorante de su Constitución y del funcionamiento de su gobierno como el pueblo estadounidense y esta ignorancia abarca desde el graduado universitario hasta el más analfabeto. En nuestras escuelas... se nos enseña todo menos el idioma que imaginamos que hablamos y la Constitución de nuestro país.

Flipper lamentó la deriva estatista de Estados Unidos en la década de 1930 bajo FDR. Consideraba que la adhesión de los negros estadounidenses al Partido Demócrata era una traición a los republicanos, que habían acabado con la esclavitud. Observó, con razón, que al apoyar a Roosevelt y a los demócratas del Norte, los negros estaban dando poder a los mismos demócratas del Sur que habían impuesto la segregación de Jim Crow. Se sintió especialmente disgustado cuando FDR nombró a un antiguo miembro del Ku Klux Klan para un cargo en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. FDR también despreció personalmente al medallista de oro olímpico Jesse Owens al invitar sólo a atletas blancos a la Casa Blanca, un hecho que irritó a muchos ciudadanos afroamericanos, no sólo a los persuadidos por las convicciones políticas de Flipper. Sobre el 32º presidente de Estados Unidos, Flipper escribió,

Roosevelt le ha hecho creer a la gente, al elemento irreflexivo, que el gobierno federal se ocuparía de ellos en cualquier circunstancia, que les garantizaría puestos de trabajo o que se ocuparía de ellos cuando no hubiesen puestos de trabajo, lo que mermó su motivación.

Su punto de vista sobre el tamaño y el papel del gobierno federal quizá se describa mejor en este pasaje de una de sus cartas:

Verá, yo creo en los Estados. Existían mucho antes que el gobierno federal, que ellos mismos crearon. No queremos un gobierno central fuerte en este país. La historia ha demostrado los innumerables males de ese tipo de gobierno.

Henry Flipper murió en Atlanta en 1940 a la edad de 84 años. Del mismo modo que él nunca renunció a Estados Unidos ni a los ideales que impulsaron su nacimiento, nosotros hoy no deberíamos renunciar a la posibilidad de saber más sobre norteamericanos como él. Gracias a su carácter, se elevó por encima de la adversidad. Vio un enorme potencial en los Estados Unidos y en los millones de personas buenas que hay en esa nación, independientemente del color.

Y no tuvo miedo de pensar por sí mismo y de decirlo.

Lectura adicional:

Black Frontiersman: The Memoirs of Henry O. Flipper, editado por Theodore D. Harris

Henry Ossian Flipper: West Point's First Black Graduate por Jane Eppinga

The Court-Martial of Lieutenant Henry Flipper  por Charles M. Robinson III

The Colored Cadet at West Point: Autobiography of Lieut. Henry Ossian Flipper

Henry Ossian Flipper (1856-1940) por Maceo Crenshaw Dailey

Barricades: The First African-American West Point Cadets and Their Constant Fight for Survival de Tom Carhart