A principios de agosto, 34 estados de EE.UU. ordenaron el uso de mascarillas en público para limitar la propagación de COVID-19.
La eficacia de las mascarillas ha sido objeto de debate entre la comunidad médica durante la pandemia. Debido a que los expertos no están de acuerdo sobre su eficacia, los países y los organismos de salud de todo el mundo, incluyendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los CDC, se han echado para atrás en sus recomendaciones sobre las mascarillas durante la pandemia.
Se pueden presentar casos razonables y persuasivos tanto a favor como en contra del uso de mascarillas en la población general. Lamentablemente, la ciencia de las mascarillas y los virus está cada vez menos clara debido a la naturaleza politizada del debate.
Un ejemplo de ello es el funcionario de salud pública de Kansas quien estuvo en las noticias la semana pasada después de que se le acusara de utilizar un gráfico engañoso para hacer parecer que los condados con leyes de uso obligatorio de mascarillas tenían tasas de casos de COVID-19 inferiores a las que realmente tenían.
En una rueda de prensa, el Secretario del Departamento de Salud y Medio Ambiente de Kansas, Dr. Lee Norman, acreditó al uso de los tapabocas tendencias positivas en cuanto a COVID-19 en todo el estado, mostrando un descenso general en muertes, hospitalizaciones y nuevos casos.
Norman señaló un gráfico (ver abajo) que mostraba dos líneas que rastreaban los casos por cada 100.000 personas entre el 12 de julio y el 3 de agosto. La línea roja comienza más arriba que la línea azul pero luego cae precipitadamente a medida que baja por el eje X, terminando debajo de una línea azul.
Can you tell from this chart which line -- the red or blue -- had a higher 7-day rolling average of COVID-19 cases/Per 100k as of Aug. 1?
— Jon Miltimore (Parler: @Miltimore79) (@miltimore79) August 11, 2020
The red = counties in Kansas with mask mandates.
The blue = counties in Kansas without mask mandates. pic.twitter.com/verLhnni1K
Norman explica que la línea roja representaba los 15 condados con leyes de uso obligatorio de tapabocas, que representan dos tercios de la población del estado. La línea azul plana representaba los 90 condados restantes, que no tenían leyes de uso obligatorio de las máscaras en su lugar.
"Toda la mejora en el desarrollo de los casos proviene de los condados que usan los tapabocas", dijo Norman.
Los resultados son claros, afirmó Norman. La línea roja muestra una reducción. La línea azul es plana. El experimento de la vida real de Kansas mostró que las mascarillas funcionan.
Sin embargo, la gente no tardó mucho en darse cuenta de que algo no estaba del todo bien. La línea azul y la línea roja no estaban en el mismo eje.
Esto dio la impresión de que los condados con leyes de uso obligatorio de tapabocas tenían menos casos diarios que los condados sin leyes de uso obligatorio de las máscaras. Sin embargo, este no es el caso. En realidad, los condados con leyes de uso obligatorio de tapabocas tienen muchos más casos diarios de COVID-19 que los condados sin leyes de uso obligatorio de mascarillas.
Si las tendencias se representan en el mismo eje, las líneas azules y rojas se ven así.
This is how the blue and red line look on the same axis.
— Jon Miltimore (Parler: @Miltimore79) (@miltimore79) August 11, 2020
Doesn't make the same impression, does it? pic.twitter.com/1rIHjE2fcY
Muchos ciudadanos de Kansas no estaban satisfechos con el engaño.
El experto del Instituto de Política de Kansas, Michael Austin, dijo a los medios locales que el gráfico claramente da una falsa impresión.
"No tiene nada que ver con si las mascarillas son efectivas o no. Se trata de asegurarse de que los ciudadanos de Kansas puedan sacar conclusiones sólidas a partir de información precisa", dijo Austin. "Y desafortunadamente, el gráfico que se mostró anteriormente en la semana sugirió fuertemente que los condados que habían seguido la orden de la máscara del Dr. Norman superaron a los condados que no la siguieron, y eso ciertamente no era cierto".
Twitter fue menos diplomático.
COVID fraud in Kansas: @KDHE @SecNorman doctored graph and released false statement to justify mask order.@GovLauraKelly, you are going to pay the price for this.https://t.co/Nb1bOBBo27
— Dr. Milton Wolf (@MiltonWolfMD) August 8, 2020
HOW TO LIE WITH CHARTS: KANSAS EDITION
— el gato malo (@boriquagato) August 8, 2020
this is literal fraud. they just used this chart to support a mask mandate.
but it shows the masked counties on a different axis with a different scale.
they are higher, not lower.
there was no good reason to do this.
it's just lying https://t.co/ikCfTiUBlF
El gráfico es engañoso.
Peor aún, Norman tampoco se dio cuenta de que las líneas estaban en ejes diferentes hasta que un reportero preguntó si la línea azul "se pondría por debajo de la línea roja" si esos condados aprobaban leyes de uso obligatorio de mascarillas, lo que llevó a Norman a murmurar sobre diferentes métricas y luego admitir que los condados sin leyes de uso obligatorio de mascarillas tienen tasas de casos más bajas.
"La línea que indica una tendencia es en la que realmente quiero concentrarme", dijo Norman.
El engaño provocó que el Departamento de Salud y Medio Ambiente de Kansas no presentará una disculpa: "Sí, los ejes están etiquetados de manera diferente... reconocemos que era un gráfico complejo y puede no haber sido fácilmente comprendido y fácilmente malinterpretado."
El Dr. Norman, mientras tanto, prometió hacerlo mejor la próxima vez.
"Aprenderé de eso y trataré de [ser] más claro la próxima vez", dijo después de las críticas de los legisladores.
El episodio es desafortunado porque nubla aún más la ciencia y erosiona la confianza en los expertos médicos en los cuales los individuos confían para tomar sabias decisiones.
También es irónico, porque la controversia eclipsó los datos positivos del estado, lo que sugiere que las mascarillas podrían estar funcionando en Kansas. El gráfico puede haber sido engañoso, pero los datos son correctos y muestran una caída del 34% en los casos de COVID en los condados con mandatos en vigor.
Es muy posible que ese descenso esté relacionado con las órdenes del condado que obligan el uso de tapabocas. Por otra parte, la orden puede no tener nada que ver con la caída de casos. La correlación, lo sabemos, no es igual a la causalidad. Si lo fuese, el aumento de casos de COVID-19 en California siguiendo la orden de uso de tapabocas sería "prueba" de que las mascarillas aumentan las tasas de transmisión.
Pero la ciencia no funciona de esa manera (al menos no debería), y el Dr. Norman lo sabe.
Tal vez los tapabocas son una forma efectiva de frenar la transmisión del coronavirus, o tal vez es en gran medida ineficaz o incluso dañino, como el Cirujano General declaró en marzo. La verdad es que aún no lo sabemos.
Lo que está claro, como señalé la semana pasada, es que los principales médicos y expertos en salud pública del planeta no pueden decidir si las mascarillas ayudan a reducir la propagación del COVID-19.
A la luz de esto, parece tanto razonable como prudente que los funcionarios de salud pública se centren menos en obligar a la gente a "enmascararse" y más en desarrollar investigaciones claras y convincentes que permitan a los individuos tomar decisiones informadas y libres.
Esta es, después de todo, la función tradicional de la salud pública: informar a la gente y dejarla elegir.
Permitir que los individuos elijan en lugar de los organismos colectivos es el enfoque adecuado y más eficaz, porque, como nos recordó el gran economista Ludwig von Mises, los individuos son la fuente de toda decisión racional.
"Toda acción racional es, en primer lugar, una acción individual", escribió Mises en el Socialismo: Un análisis económico y sociológico. "Sólo el individuo piensa. Sólo el individuo razona. Sólo el individuo actúa".
Las leyes de uso obligatorio de tapabocas no son sólo sobre la salud pública. Son un microcosmos de una mayor fricción que se está desarrollando en nuestra sociedad: ¿quién planifica nuestras vidas, los individuos o el colectivo?
A pesar de lo que muchos parecen creer hoy en día, a la sociedad le va mejor si le permite a los individuos planificar y controlar sus propias vidas.
Pero los individuos se benefician de una información sólida y fiable. Tristemente, eso es algo que los funcionarios de la salud pública parecen cada vez más incapaces o no dispuestos a ofrecer.