La semana pasada, el activista ambientalista y líder del grupo de la campaña anti carbono 350.org, Bill McKibben, les envió una tarjeta de San Valentín a la representante Alexandria Ocasio-Cortez y al senador Ed Markey, en la que afirma que el Nuevo Acuerdo Verde, en vez de regresarnos a la Edad Media, más bien prevendría exactamente eso.
McKibben dice que aquellos que se oponen a la medida “tienen un plan para lidiar con la popularidad del Nuevo Acuerdo Verde: asustar a la gente”. No obstante, es predecible que McKibben haga precisamente lo que él acusa a otros como mentirle a la gente y darles medias verdades, para atemorizar a la gente haciéndola creer que la llamada cura para el cambio climático, no es mucho peor que la enfermedad.
El acuerdo es aceptado por el desinformado
“¿Apoyaría usted o se opondría a un Nuevo Acuerdo Verde para terminar con el uso de combustibles fósiles en los Estados Unidos y a que el gobierno instaure empleos de energía limpia? El plan sería pagado aumentando los impuestos, incluyendo un impuesto a las emisiones de carbono”.
Que la pregunta presuponga resultados que nunca antes se han dado y que son prácticamente imposibles (una renovación masiva de la provisión de energía en una década y una creación de empleos en una base neta), sobre algo que nunca había sido considerado como un problema.
La galería de los horrores
Luego, McKibben presenta una galería de horrores: el huracán Katrina, “lo que sucedió en Puerto Rico después del Huracán María, cuando la mayor parte de la isla estuvo a oscuras durante meses mientras los trabajadores se esforzaban por reconstruir las líneas eléctricas”, los incendios forestales de California, la guerra civil en Siria, el virus del Zika, el trabajo de menores y la hambruna. Los leones y los tigres y los osos, ¡Por Dios!
La afirmación de que el cambio climático ha resultado en huracanes más fuertes o más intensos, no ha sido comprobada.
Eso, dice él, es “lo que parece ser una Edad Media moderna”. El principal problema con esta lista -al menos con respecto a los hechos no errados- es que, incluso en la medida en que estas cosas puedan de alguna forma ser afectadas por el cambio climático, el Nuevo Acuerdo Verde hará poca cosa, si alguna, para resolverlas.
La afirmación de que el cambio climático ha resultado en huracanes más fuertes o más intensos, no ha sido demostrada. A pesar de ello, un estudio reciente se propone relacionar el cambio climático con un avanzado incremento en la severidad de los huracanes a partir de 1982 (un período relativamente corto, dada la amplitud del ciclo de huracanes y considerando que la National Oceanic and Atmospheric Administration (Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera), comúnmente conocida por sus siglas en inglés NOAA, encontró que los hallazgos son “sugerentes, pero no definitivos”), la NOAA publicó un reporte, menos de una semana antes de que apareciera el estudio del señor McKibben, el cual seňala lo siguiente:
“En resumen, ni nuestras proyecciones modelos para el siglo XXI, ni nuestro análisis sobre las tendencias de la actividad de huracanes y tormentas tropicales en el Atlántico, apoyan la noción de que el calentamiento inducido por gases de efecto invernadero, conduce a grandes incrementos, ya sea de tormentas tropicales o en el número de huracanes en el Atlántico...Por lo tanto, concluimos en que es prematuro afirmar con un alto grado de convicción que la actividad humana -y particularmente el calentamiento de invernadero- ya hayan causado un cambio detectable en el desarrollo de huracanes en el Atlántico”.
Y, por supuesto, la duración de la pérdida de energía eléctrica en Puerto Rico ha tenido que ver más con la pobre infraestructura existente.
La noción de que los incendios forestales en California son el resultado del cambio climático ha sido ampliamente rechazada y, globalmente, los estudios han mostrado que las áreas quemadas han estado disminuyendo en las últimas dos décadas.
Si bien se ha afirmado que la sequía que golpeó a Siria del 2007 al 2011 ha exacerbado el conflicto, pocos, si alguien, la caracterizan como una causa directa (el conflicto empezó con protestas pidiendo reformas democráticas, la liberación de prisioneros políticos y el fin de la corrupción; la animosidad religiosa también jugó una parte material). Y, la referencia al virus del Zika presupone una migración de los mosquitos hacia el norte, la cual no se ha dado, así como la infección de un virus que no ha sido considerado como amenaza global desde el 2017.
El porcentaje de personas desnutridas se derrumbó de un 14.5 % globalmente en el 2005, a un 10.6 % en el 2015.
En cuanto al incremento del trabajo de menores de edad y de la hambruna ocasionada por el cambio climático, no existe evidencia alguna ̶ ninguna. Por el contrario, el trabajo infantil ha venido disminuyendo paulatinamente, particularmente en la India y en la China, debido a las reformas de mercado. En cuanto a la hambruna, el señor McKibben parece que ha malinterpretado datos de la Organización de la Agricultura y la Alimentación (FAO) de las Naciones Unidas, que reporta la existencia de “gente desnutrida”. Eso no es la misma cosa.
Para poner las cosas en perspectiva, el porcentaje de personas desnutridas se derrumbó de un 14.5 % globalmente en el 2005, a un 10.6 % en el 2015. Sus estimaciones más recientes ponen el dato en un 10.9% en el 2017. Esta pequeña alza no es atribuible tan sólo al cambio climático, sino también a múltiples otras causas. Conflictos alrededor del mundo, incluyendo no sólo a Siria, sino también a Afganistán, Yemen, Somalia y un conjunto de otros no atribuibles al cambio climático, han sido un factor importante, al igual que lo ha sido el desastre socialista en Venezuela.
Por supuesto, si las cifras del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas son correctas, lo más que uno podría esperar de una implementación plena del Nuevo Acuerdo Verde, es una reducción de 0.137 grados Celsius para el 2100.
Unicornio y arcos iris
Una vez presentado el espectáculo de horror en caso de no hacerse nada, se nos presentan los unicornios y arcos iris del Nuevo Acuerdo Verde.
Dado que sólo un 3% de aquellos encuestados ha escuchado “bastante” acerca del Nuevo Acuerdo Verde, parece que el plan más efectivo para confrontar su popularidad actual es sencillamente presentar las verdades.
“El futuro será con carros eléctricos”, se nos dice, “[que] superan a los vehículos de combustión en todas las mediciones”. En apariencia, él nunca ha escuchado de la gama de obstáculos, particularmente en un clima más frío, para los vehículos eléctricos o de los costos promedio más elevados de las reparaciones. Y, se nos dice que “cuestan menos comprarlos y operarlos”, pero, siempre hay una advertencia, que la izquierda no menciona. Según un estudio de la Universidad de Michigan, operar un carro eléctrico cuesta, en promedio, un 43.4 % de lo que cuesta operar un carro con motor de combustible, debido a que la electricidad es mucho más barata en términos relativos.
Dado que sólo un 3 % de aquellos encuestados han escuchado “bastante” sobre el Nuevo Acuerdo Verde, parece que el plan más efectivo para lidiar con su popularidad actual es sencillamente presentar los hechos.
Sin embargo, la posibilidad de que esto permanezca en el tiempo, una vez que el Nuevo Acuerdo Verde elimine la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles (actualmente el 63%) y de fuentes nucleares (actualmente el 20%), sería rápidamente cero.
“El futuro será de tránsito masivo”, se nos dice, dos días después de que el gobernador de California canceló parte del enorme derroche de recursos, que es el proyecto de un tren de alta velocidad. No es posible inventarse estas historias.
McKibben quiere que usted crea que, adoptar estas cosas es “fácil de hacerlo” y que “cuestan centavos de un dólar comparados con el futuro”, pero, dado que él, demostrablemente, no puede hacer que sus datos acerca de las condiciones hoy existentes, sean los correctos, encuentro muy difícil aceptar su apreciación del futuro, como verdadera.
Dado que sólo un 3% de aquellos encuestados ha escuchado “bastante” acerca del Nuevo Acuerdo Verde, parece que el plan más efectivo para confrontar su popularidad actual es sencillamente presentar las verdades.