Aaron Rodgers lanza críticas a la "cultura de la cancelación" mientras se agudiza controversia sobre Chappelle en Netflix

Existe una larga y célebre tradición de libertad de expresión en los Estados Unidos. Se trata de algo bueno.

El quarterback de los Packers, Aaron Rodgers, causó sensación el domingo después de celebrar un touchdown que cerraba el partido contra los Chicago Bears, el archienemigo de los Green Bay.

"Toda mi m---- vida, soy su dueño", gritó Rodgers a los aficionados de los Bears. "Todavía me pertenecen. Todavía me pertenecen".

A algunos no les importó la celebración de Rodgers, pero el tres veces MVP quaterback -cuyo récord contra Chicago mejoró a 22-5- explicó después del juego que le estaba respondiendo a los fanáticos de los Bears en las gradas que le estaban haciendo la señal con "el dedo".

El martes, durante su aparición habitual en The Pat McAfee Show, el quarterback de 37 años explicó por qué no sentía la necesidad de disculparse.

"Cuando llegué a la liga y crecí viéndola, siento que los insultos estaban un poco más normalizados. No tenías que disculparte si decías algo que ofendía a algunas personas", dijo Rodgers. "Si no te gusta, está bien. Es tu prerrogativa".

A continuación, Rodgers dejó claro que no es partidario de la más amplia tendencia social de silenciar o anular a las personas que dicen lo que piensan sobre los temas.

"Creo que existe una cultura que se aprovecha de encoger a las personas, de mantenerlas pequeñas, de mantenerlas en una caja, de acallarlas mediante la cancelación o los comentarios degradantes", dijo Rodgers. "Yo defiendo lo que hago. Me gusta decir la verdad. No soy parte de esta cultura de cancelación woke que se desvive por intentar silenciar a la gente todo el tiempo".

'A veces habrá cosas en Netflix que no te gusten'

Los comentarios de Rodgers se producen una semana después de que el entrenador campeón del Super Bowl, Jon Gruden, fuera despedido por los Raiders de Las Vegas tras la publicación de correos electrónicos privados entre Gruden y Bruce Allen, ex director general de los Washington Redskins, con contenido ofensivo.

El propietario de los Raiders, Mark Davis, dijo en privado que cree que la destitución de Gruden fue "un golpe dedicado" de la NFL. En público, sin embargo, Davis se ha ceñido a la narrativa requerida.

"Los Raiders defienden la diversidad, la inclusión y la justicia social. Siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos", dijo el propietario de los Raiders, Mark Davis, al diario Las Vegas Review-Journal. "Los correos electrónicos que salieron a la luz no son lo que defendemos. Así que Jon Gruden ya no es entrenador de los Raiders. No hay mucho más que pueda decir".

No está claro si los comentarios de Rodgers tuvieron algo que ver con el despido de Gruden. Lo que está claro es que la cultura de la cancelación es un problema cada vez mayor y que se utiliza cada vez más para silenciar y atacar a quienes violan o desprecian los valores de "diversidad, inclusión y justicia social".

El último ejemplo es la saga de Netflix, donde los empleados trans emitieron recientemente una larga lista de demandas corporativas tras el estreno del especial de comedia The Closer de Dave Chappelle, que los activistas calificaron de transfóbico.

El miércoles, los trabajadores organizaron un paro y una protesta frente a las oficinas de la empresa en Los Ángeles.

"Lo que los comediantes dicen en un programa de comedia sí importa y tiene consecuencias en el mundo real", declaró a CNN un manifestante con una hija trans. "No tuve ningún problema con la mayor parte de su humor, pero decir que los géneros son verdaderos y alinearse con las TERFs, (Trans Exclusionary Radical Feminist) que quieren negar la realidad y la existencia de personas transgénero, siendo el género que realmente son el existente en su mente y corazón es muy, muy dañino".

Aunque Netflix dijo que no tiene planes de eliminar el programa de Chappelle, el co-CEO Ted Sarandos declaró recientemente a Variety que "metió la pata" en cómo se comunicó el asunto internamente.

"En primer lugar, debería haber liderado con mucha más humanidad", dijo Sarandos. "Es decir, tenía un grupo de empleados que definitivamente estaban sintiendo dolor y se sentían heridos por una decisión que tomamos".

Sarandos explicó entonces que Netflix está en el negocio del entretenimiento, lo que significa darle libertad a los artistas para que entretengan.

"Estamos tratando de apoyar la libertad creativa y la expresión artística entre los artistas que trabajan en Netflix", explicó Sarandos. "A veces, y nos aseguramos de que nuestros empleados lo entiendan, por eso -porque estamos tratando de entretener al mundo y el mundo está formado por gente con muchas sensibilidades, creencias y sentidos del humor diferentes y toda una cantidad de cosas- por lo que, a veces, habrá cosas en Netflix que no te gusten".

¿Libertad de expresión o la cultura del silencio?

El simple comentario de Sarandos - "a veces, habrá cosas en Netflix que no te gusten"- es importante.

Cuando Netflix sacó un especial de comedia navideña en 2019 que presentaba a Jesús como gay, no me gustó. Como cristiano, encontré la sugerencia ahistórica y blasfema. Otras personas, sin duda, lo encontraron bastante divertido y ese es el propósito de la comedia. Desde un punto de vista artístico, queremos que los cómicos vayan más allá; queremos que se metan con las vacas sagradas de la sociedad. Porque, a menudo, eso es lo que hace que las cosas sean divertidas.

Hay una larga y célebre tradición de libertad de expresión en los Estados Unidos. Se trata de algo bueno.

"La libertad significa, en última instancia, el derecho de otras personas a hacer cosas que tú no apruebas", observó el economista Thomas Sowell.

Ahora bien, como señaló Sean Malone en un video de Out of Frame (ver más abajo) sobre la cultura de la cancelación, la "libertad de expresión" no significa que uno esté libre de las consecuencias por decir cosas que otras personas desaprueban. Pero, al mismo tiempo, debemos reconocer el valor de mantener una cultura tolerante con los diferentes puntos de vista.

"También debemos reconocer el peligro de construir una cultura que intente silenciar toda diferencia de opinión", explica Malone. "Ninguno de nosotros es omnisciente. Ninguno de nosotros es el único árbitro de la verdad o la moral. Todos somos una mezcla de ignorancia y conocimiento. Tenemos que permitir la diversidad de opiniones, sin gritarle a la gente ni hacer campañas para excluirlos de la sociedad, porque es la única manera de aprender y crecer juntos con el pasar del tiempo".

Por eso es tan importante resistir el instinto humano de suprimir las ideas -incluso las que nos parecen equivocadas, ofensivas o incluso peligrosas- y castigar a quienes las comparten.

Nada de esto quiere decir que uno no pueda sentirse ofendido por algo que haya dicho Dave Chappelle (o Aaron Rodgers). Eso, parafraseando a Rodgers, es su prerrogativa.

Pero si no te gusta lo que dice Chappelle, he aquí una solución mejor y más sana: no veas su programa de comedia.