La negociación nunca ha sido una de mis habilidades. Las conversaciones sobre el dinero siempre me incomodan, y rara vez me he sentido en posición de pedir más dinero, en gran parte porque siempre he agradecido que alguien me pagara por trabajar.
La primera vez que pedí más dinero fue cuando acepté un puesto de comunicación en un gran bufete de abogados de la ciudad. La revista para la que trabajaba había quebrado, y aunque yo seguía haciendo trabajos en medios digitales, la situación financiera de la empresa era un desastre; la gente estaba siendo despedida a niveles absurdos. Así que empecé a presentar mi currículum por todas partes y apareció este puesto.
Hice una entrevista con el equipo de comunicación de la empresa y me fue bien. Un par de días más tarde me hicieron una oferta de trabajo. El sueldo era bueno, mucho más de lo que ganaba como editor de una revista.
"Pide más", me dijo mi amigo cuando le dije que probablemente aceptaría el puesto.
Este consejo me pareció una locura. El salario era superior a todo lo que había ganado antes. ¿Y si decían que no? Peor aún, ¿y si se enfadaban y retiraban la oferta?
"No lo harán", dijo mi amigo, que es un exitoso banquero de empresa. "Está claro que les gustas. Lo peor que puede pasar es que digan que no".
Decidí intentarlo. Respondiendo al responsable de contratación de la empresa, le expliqué que me interesaba el puesto, pero que el dinero era un poco menos de lo que esperaba recibir, lanzando una cifra de 5.000 o 6.000 dólares anuales superior a la oferta. ¿Serían capaces de llegar a un punto intermedio?
El responsable de la contratación dijo que creía que había hecho una oferta justa teniendo en cuenta mi salario actual y mi experiencia, pero dijo que satisfaría mi petición en tres meses si aceptaba el puesto y cumplía sus expectativas.
Les dije que estaba bien y acepté el trabajo. Tres meses después, recibí el aumento.
Ahora bien, no voy a decirle a nadie que emplee la estrategia que yo hice. Sólo cuento la historia para ilustrar lo angustioso que puede ser pedir más dinero y para mostrar los beneficios de no venderse a sí mismo.
Sin embargo, Morning Brew entrevistó recientemente a Sam DeMase, coach de carrera y gurú del auto-cuidado, que tiene un poco más de experiencia en este tema que mi servidor. Ofrece algunos buenos consejos. Estos son seis consejos que debes tener en cuenta si vas a hablar de dinero con tu empleador (o futuro empleador).
Jon Miltimore
Jonathan Miltimore is the Managing Editor of FEE.org. (Follow him on Substack.)
His writing/reporting has been the subject of articles in TIME magazine, The Wall Street Journal, CNN, Forbes, Fox News, and the Star Tribune.
Bylines: Newsweek, The Washington Times, MSN.com, The Washington Examiner, The Daily Caller, The Federalist, the Epoch Times.
